Pensamientos de Domingo de encierro

El 2020 nos trae una sorpresa mayúscula que seguramente no pensábamos vivir.

Encerrados, aislados, tal como jamás lo calculamos, o como ocurría en antiguas épocas.

En plena etapa de desarrollo mundial, con vastos conocimientos en el campo médico y tecnológico, nos sorprende una pequeñísima amenaza, que nos asusta, nos atemoriza, y como no la podemos vencer, nos obliga a recluirnos, a alejarnos del otro. En la calle, en los transportes o en tu propio hogar.

Algunas estadísticas hablan de un tercio del planeta aislado en su hogar, pasando por Asia, Europa y América.

Lo que realmente me sorprende, y esto es completamente subjetivo, es que en que en esta, la que nosotros creíamos una época de evolución, aparezcan estas amenazas, y nosotros corriendo a un agujero.

Creemos que es un momento para pensar que todos tenemos que unirnos y darle para adelante. Que si bien estamos completamente aislados con los cierres de frontera, paradójicamente nos sentimos tremendamente unidos al resto del mundo, tanto tu vecino del 6to. B, como un habitante de un país vecino, como otro habitante de un lejano pueblo asiático, todos estamos viviendo lo mismo.

Nos une el  aislamiento, el temor al contagio, la fe porque nuestros genios modernos descubran la forma de ganarle a esta minúscula amenaza (hablando de tamaños).

Afortunadamente (si es que puede decirse) esto une al planeta como nunca antes. Día a día vemos como les va a nuestros orígenes españoles e italianos, como sube la cantidad de contagios en la poderosa USA, y como esto va tomando dimensiones en toda América. Y como con mirada de esperanza sonreímos al ver que los chinos ya le están ganando al virus con una férrea conducta.

La unión se da también desde el punto de vista científico. Cantidad de expertos mundiales, incluso argentinos, buscan la cura o posibles mejoras ante el Covid-19.

Nada, pensé para afuera y se me presentó una Argentina unida, buscando lo mismo. Y un mundo unido, en pos del mismo objetivo.

Dicen que no hay mal que por bien no venga. Ya que esto que vivimos parece ser inevitable, tal vez la cara positiva sea una mayor unión de los habitantes de este mundo. Ojalá.

Ya está, ya liberé mis pavadas mentales de encierro del Domingo. Ahora, me voy a comprar unas millas Latam Pass, para poder llegar a un canje a Papeete, en algún futuro y lejano canje. Tal vez use una tarjeta de Banco de la Nación Argentina asociada a AR Plus, para sumar algunas millitas más.

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